Todas tenemos capacidades que nos permiten desarrollar nuestros proyectos, habilidades innatas o adquiridas. Porqué la práctica hace maestros y ser buena en algo no implica que no se deba entrenar, aprender o perfeccionar un poco más, si eres buena, sé mejor.
Y esas capacidades nos van a permitir igualmente vender nuestra profesión en el mercado, pero debemos tener en cuenta una de estas dos posibilidades:
1- Yo sé hacer algo que los demás conocen, algo que tiene remuneración económica. Tengo en mis manos una profesión y mucha gente hace lo que yo hago, si consigo que la gente me descubra seré una más que tiene algo que los demás necesitan y por lo tanto tendré ingresos. Debo conseguir que descubran mis capacidades y que estén deseando pagarme por utilizarlas.
2- Yo sé hacer algo que los demás no conocen, algo que nadie piensa que pueda tener remuneración económica. Tengo en mis manos una profesión por descubrir, a lo mejor nadie hace lo que yo hago, si consigo que la gente lo descubra seré la única que tiene algo que los demás necesitan y por lo tanto no me faltaran ingresos, la gente deseara eso que solo yo tengo. Debo conseguir que descubran mis capacidades y que estén deseando pagarme por utilizarlas.
Por lo tanto en ambos casos todavía no me pagan porque no saben que pueden hacerlo. Dicen que el producto se vende creando la necesidad, aunque ese producto sea mejorable.
La posibilidad número 1 suele ser la más habitual y por la que mucha gente ya no se decide a dedicarse a lo que le apasiona y se resume en la frase: “seré una más que tiene algo que los demás necesitan”. Ese “seré una más” es lo que desmonta todo el mensaje positivo de la posibilidad, la mente traduce “seré una más” por “no soy nadie” y automáticamente desechamos la posibilidad, pensamos en la falsa seguridad de “el mercado sabe lo que necesita y me dirá lo que tengo que hacer, no soy nadie para decirle al mercado lo que necesita”, ahí acaban los sueños de millones de personas que pensaron en emprender.
Pues bien, la posibilidad número 2 es más cruel si cabe, dado que el mensaje es más positivo que el de la primera, sin embargo genera todavía más inseguridad y todo por que “sé hacer algo que los demás no conocen, algo que nadie piensa que pueda tener remuneración económica”, y ahí la mente dinamita todas la posibilidades y traduce en “no soy nadie y nadie piensa que valga ser remunerada”, tienes el Santo Grial de los productos y la panacea del mercado, puedes ser la primera en descubrir y explotar una necesidad, y ¡¡BOOM!! explotas en miedos y inseguridades, ahí acaban los sueños de otras tantas personas que no pensaron, ni se plantearon emprender.
Descubre a la gente y a ti misma tus capacidades, sé consciente de lo que puedes y sabes hacer. Párate un momento a analizar como eres o como quieres ser, que haces y que te gustaría hacer, puede ser que todavía no sepas que capacidades destacan en ti, pero si no pruebas a descubrirlo o no eres capaz de aceptar que eres buena en algo, por que los demás piensen que eso no vale para nada, estarás atándote de pies y manos, sentirás el dolor de no estar haciendo lo que necesitas hacer.
Así que si no intentas descubrirte y desarrollar tu potencial habrás fracasado antes de empezar y ese fracaso no aporta nada a tu vida, fracasa haciendo algo que te apasione y veras como la próxima vez saldrá mejor. Todas fracasamos en algún momento y es necesario para nuestro aprendizaje, que no se nos olvide.
Kristal Calvo - Activista Trans y Divulgadora |
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